"La guerra ya no se discute en susurros": Oriente Medio al borde de un nuevo conflicto

En un entorno regional cada vez más inflamable, la confluencia de presiones externas y fragilidad interna coloca a un Irán percibido como vulnerable al borde de una nueva confrontación con Israel, opina Murad Sadigzadé, investigador de la Escuela Superior de Economía en Moscú.
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Estelas de misiles balísticos iraníes en el cielo nocturno sobre Hebrón, Cisjordania, el 15 de junio de 2025.


TEL AVIV, ISRAEL/ AGENCIA RT.- Oriente Medio se enfrenta al fantasma de una nueva guerra, con Irán en su potencial epicentro, alerta el presidente del Centro de Estudios de Oriente Medio de Moscú e investigador de la Escuela Superior de Economía, Murad Sadigzadé. 


"La presión de Estados Unidos, Israel y varios países europeos aumenta constantemente", una situación que ha llevado a que "ahora las tensiones se estén desbordando gradualmente más allá del ámbito de la diplomacia, acercándose a amenazas abiertas", advierte.


La purga interna: consolidación y planificación estratégica


La respuesta de Teherán a esta presión externa ha sido una campaña de consolidación interna. Las autoridades han lanzado una "amplia –aunque en gran medida no divulgada– campaña para purgar las instituciones estatales y otras estructuras de sospechas de influencia extranjera", afirma el experto.


Aunque la operación se desarrolla en gran medida en la sombra, algunos casos de alto perfil "fueron deliberadamente sacados a la luz pública", como por ejemplo la detención de individuos con "vínculos de larga data con inteligencia occidental y organizaciones asociadas a Israel".


"Otras señales sugieren que la perspectiva de un conflicto renovado se está tomando en serio"


Esta movilización interna viene acompañada de una planificación estratégica. Se ha establecido un nuevo Consejo de Defensa para "elaborar planes de defensa nacional" y "formular una estrategia de defensa a largo plazo". 


El nombramiento de Alí Larijani, una figura sumamente influyente con estrechos vínculos con el líder supremo, como secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional "no solo señala una consolidación interna, sino también un giro hacia la planificación estratégica de largo alcance en anticipación a una mayor escalada", declaró.


Al rojo vivo: escalada militar y salida de acuerdos


"Un número creciente de analistas predice ahora una segunda ronda de conflicto abierto entre Irán e Israel", y la cúpula iraní se está preparando abiertamente para ese conflicto, afirma el experto. 


El presidente del Parlamento, Mohammad Bagher Ghalibaf, declaró sin rodeos que la guerra es una posibilidad real y que la nación debe estar preparada, recuerda Sadigzadé.


Este sentimiento es reforzado por figuras militares. El ministro de Defensa, Aziz Nasirzadeh, advirtió que Irán se abstuvo de usar sus armas más avanzadas durante el conflicto de 12 días del pasado junio, pero una nueva agresión recibirá una respuesta tan contundente como insospechada.


"La posibilidad de una guerra ya no se discute en susurros"


Pese a esta demostración de firmeza, Irán enfrenta profundos desafíos internos, destaca el experto. "La situación social y económica continúa deteriorándose", concreta: "La inflación se dispara, el desempleo se extiende" e "incluso las principales ciudades experimentan ahora apagones de electricidad y gas". 


Según el analista, esto crea "un entorno interno extremadamente frágil" que los actores externos están monitoreando de cerca.


Además, actualmente el conflicto se ve a través del lente de la rivalidad entre Estados Unidos y China, de manera que "al debilitar a Irán no solo se pretende contener una amenaza para Israel o las monarquías del Golfo, sino también socavar a un socio clave de China", añade.


"En este sentido, la cuestión iraní ha trascendido la etapa regional y se ha convertido en parte de la competencia global emergente por la influencia en la era posestadounidense"


Conclusión: una espiral de confrontación


En conclusión, "la dinámica interna y externa de Irán apunta a una alta probabilidad de una renovada confrontación militar", señala el analista. A nivel interno, "las divisiones políticas, la presión socioeconómica y la fragilidad institucional están impulsando a los líderes hacia una mayor centralización".


Externamente, el entorno "se está volviendo cada vez más hostil".


Ambas partes actúan ya bajo "una lógica de defensa preventiva", creando una situación en la que "incluso un incidente menor podría servir como detonante de una escalada" y empujar potencialmente a Oriente Medio al borde de un conflicto a gran escala en los próximos meses, concluye.

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